Cinco días antes de Diciembre

Todavía no es Diciembre, pero le siento las pisada hace más de un mes, como si nos abrazara las misma ansiedad, el peso rotundo de las recapitulaciones, de los inicios, de las poses descompuestas. Nos vigilamos mutuamente, nos asechamos para no sorprendernos una mañana coexistiendo sin establecer tregua. Sería lamentable que después de tanta espera una tarde me despierte entre sus días, entre sus horas donde los adultos juegan a sacar lo mejor de ellos, a esconderlo después de los campanazos, al finalizar las uvas. Tengo miedo que me sorprenda indecisa sobre mis silencios, sobre mis acciones. Quizás porque nunca me he sentido cómoda en su tiempo, dándole una falsa bienvenida. Devorando el absoluto. Huyendo de la infanta sobre un capullo de loto. Mientras otros despegan a las autopista a enfrentar sus miedos.

Comentarios

Melba ha dicho que…
Tal vez porque diciembre lo mal reinventamos. Tal vez, porque en diciembre no ha nacido el Hijo de Dios.

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