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Noticias. Hasta la belleza cansa. Tengo el pecho trancado desde la garganta hasta los ojos hace más de un mes. Depurando mis ideas con jengibre y miel con sábila para remover viejos hades, para enfrentar miedos infantiles, adultos infames. Limpiando mi lengua de consumir el algodón de los otros, desgarrando sus silecios, navegando entre lotófagos familiares. Se terminan los rituales y disfruto de los días festivos que se acaban. Siempre me pasa lo mismo, intento alargar Enero para que no me sepa a nuevo, a inmediato, porque los últimos días de Diciembre empiezo a disfrutar las sensaciones navideñas, la buena energía del fin de año. En la ansiedad de realizar propósitos, de tener acciones realistas sin perder la ilusión. Pedro Infante tendrá su propio museo después de 50 años de desacuerdos. Revisando, algunas personas deciden tener una infelicidad productiva, a veces no se sabe como cambiar. Intentando olvidar viejas alergias. Sueños consecutivos de retroceso y de acercamiento por finales inconclusos, distanciados. Contemplando luces poéticas propias y ajenas. Me voy unos días a ver placentas soleadas y a nutrir la mía con nuevas creaciones, con libertades amarillas.
(03/01/08)