No lo hagas, no digas que soy especial, interesante o diferente. Que te maravillas ante mis palabras, con mis ideas peculiares y mi grandiosa forma de ser. No vengas de nuevo con tus líneas repetidas para mujeres inteligentes y concientes de sí misma. Sé que no entiendes mi genio, que simulas una fascinación que no existe porque te mueven en una carencia de pensamientos, en una ausencia de símbolos. No desprestigies más a los ausentes con tu exceso de optimismo, con tu mala interpretación de carisma, de un bienestar guerrillero que no me deja ser una frontera irrespirable de espinas. Mientras carcomes el idioma con tus imprudencias gramaticales, desgastando mi esfuerzo entre la rapidez del Tes-informativo que me arrojas buscando beneficios. Sin contar con las bondades de la honestidad creativa, de la ocurrencia que relaja los caminos. Lidiando con mi sed, con mi impaciencia ante las capas de cebolla, ante la transparencia y irritabilidad de la mía. Impune ante la evidencia y agotado por este nuevo ritmo te confiesas como vil usurpador de cerebros, como un habitante cero intentando sin éxito tocar otros niveles.

No lo hagas, no en esta puerta....cerramos por dos años y cincuenta días. Esqueletos de tiburones a la venta.

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