Tengo otra vez ese capricho de volver al cine sola a ver la misma película que semanas atrás me pareció tan mala. Ahora sé que es la música. Me capturo desde el primer momento, me fue recorriendo como un masaje sueva, como un beso desconocido en la oscuridad... mientras trataba de olvidar lo cerca que estaba de la pantalla y el calor horrible que hacia en el cine. Pero esta vez voy a dejar que las imágenes bailen en mi cabeza desordenadamente mientras sigo disfrutando de esta extraña e inexplicable sensación de bienestar

PD: Tengo muchas ganas de comer helado con un ambiente de noche compartida, de parque y frío.

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