Vamos hablar de eso, del gran elefante en el cuarto



Debido a diferentes actividades en estos días he tenido que estar más en la calle, moverme fuera de las rutas conocidas, de los lugares habituales para mi. Como consecuencia lógica me perdí, me encontré en una acera desierta tratando de volver a casa. Pase largo rato preguntándole a la gente como llegar a un lugar y a otro, pero entre los heladeros haitianos que no hablan español, los chóferes de autobuses que te dicen sí a todo con tal que te subas y no le hagas perder más el tiempo o te quites de la puerta. Empecé a pensar que sería bueno tener una guía de autobuses, saber cuales son las rutas, los horarios estimados, los puntos de encuentros, las paradas a la salida de las estaciones del metro, etc. También que los unidades no están en condiciones de atender personas discapacitadas, como en sillas de ruedas, ni tienen asientos preferenciales. Los metrobuses que están hasta cierto punto en mejores condiciones que el resto de los transportes públicos tampoco cuentan con estos servicios. Por otra parte la mayoría de la población venezolana sufre de sobre peso o por lo menos una gran parte. Más allá de las dificultades que tiene esta enfermedad como el no tener una buena salud, conseguir ropa, etc. También esta que los asientos de esta unidades son muy pequeños y una persona que pese más de 100 kilos le resulta muy incomodo abordarlo o en algunos casos imposible. Sumado a esto todas las cosas a las que esta expuesta, como comentarios, etc. Hace muchos años cuando estaba en bachillerato un profesora me dijo que Caracas y Venezuela en general no estaba hecha para personas discapacidas porque no contaba con los servicios. Esto es cierto, ahora lo veo con más claridad. Este hecho se extiende a los cines, centros comerciales, restaurantes, etc. que no poseen los requerimientos necesarios para atender este tipo de personas. Nos hace falta un cambio de mentalidad y una remodelación física para hacer sentir a estas personas como parte de la comunidad, no pensar que les estamos haciendo un favor al darles un lugar para hacer una vida lo más normal posible. Creo que no se han manifestado porque muchos no se atreven a ir a un lugar o al otro porque de ante mano saben que se les negara la entrada o pasaran un mal momento. La solución no es el aislamiento o reducir a un ser humano para que encaje, para que se adapte a lo que hay. Sé que los recursos son pocos, aunque ahora nuestro país tiene más que nunca. La realidad financiera es dudosa, pero yo hablo de una realidad tangible que podemos ver todos los días. PORQUE TODOS SOMOS LO MISMO, TODOS TENEMOS UN LUGRA.

PD: Sé que muchas veces esté blog se ha sumergido en el gen fatalista de mi propia feminidad, en egocentrismo lumínico y en mi inocencia farandulera que se deslumbra con la vida de los ricos y famosos. Sin embargo también he hablado de cosas serias, y esta es una de ellas. Quizás estoy acostumbrada a colocarlas en otra parte, en otro blog fue de la web que descansa sobre mi escritorio. Algún día saldrá la guía de autobuses en Venezuela y llegará el tinte de pestañas a Estados Unidos, todo eso estará publicado aquí se los aseguro.

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