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Escuchar a Edith Piaf es un vicio malo, me llena, me eleva y después me deja vacía. Quizás las cosas buenas son así, en especial cuando sientes que tienes trancado el proceso creativo entre el asma y la gripe. Muchas cosas son mentira, en especial cuando hemos tragado mucha televisión desde pequeños, de la consistente y dura, entonces nos creemos que todo debe ser por etapas y entrar en una postal de kodak. Estoy en una etapa de cine argentino, ciclo Ricardo Darín y preparandome con buenas películas para los Oscars, pero como he tenido unas semanas muy nutritivas en ese aspecto las voy a disfrutar con calma. Amo el twitter y he escrito muchas cosas interesantes ahí, mini post. Estoy alucinada con la revista de Orsai, y con lo divinamente bien que escribe Hernán Casciari, en un tono simple y excepcional. También con el proceso creativo que hay detrás de estas 280 pág. que ahora disfruto en papel fotográfico. Cada vez que leo un post de Hernán algo íntimo y familiar se moviliza en mí. Quizás sea la facilidad de sus palabras que lo hacen accesible, franco y cercano. A lo mejor Diana y yo terminamos comiendo pizzas con él en Barcelona, y le contamos que somos 10.001 las personas que creímos en su proyecto y compramos la revista, ya que la pagamos entre la dos por miedo que nos estafaran por partida doble…que puedo decir, nos falto fe. Pero es mundial ver los videos e imágenes del making-of. Me pica el alma por tener mi propio equipo elaborando un proyecto creativo y literario donde pasemos meses “divirtiéndonos como chanchos y que sea rentable”. La revista reposa bajo mi ventana, cerca de mis altares, esperando que mi BDS culmine para relajarme ante ella. Tengo una novela que me acompañe fielmente en mis trayectos de ida y venida del trabajo, la disfruto con una ilusión infantil, me recuerdan a eso libros que me hacían volar en la universidad y a mis primeros encuentros con Rosa Montero y Ángeles Mastretta. Por ahora me preparo con mucha emoción para el año nuevo chino. Tengo casi todo listo, esperando buenas noticias, entrenándome para el amor.

PD: A veces me siento como Julie Powell antes de que fuera famosa... cuando podemos ver claro nos damos cuenta que estamos viviendo eso que siempre hemos deseamos, así de golpe, más o menos desde hace 2 años.