Creo que un día amaneció y nos hicimos grandes, entonces el futuro ya no era una idea sino una realidad pidiéndonos que participemos... junto con ese sentimiento que cuestiona cada paso, porque ya no hay tiempo para jugar. Entonces el tiempo se vuelve algo preciado y hacer lo correcto “nos garantiza” mejores resultados. Lo más irónico es que sin los juegos y las pruebas no habría valido la pena nada. Estoy en uno de esos días donde el agua no se ve tan clara y la cabeza se nos llena de nubes, lo bueno es que el día tiene muchas horas y siempre sale el sol.

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