Tenía un antojo desde hace días de volver a ver P.S. I LOVE YOU, en el mismo cine y en el mismo puesto donde me senté hace unas semanas, pero esta vez sola. Tenía que volverla a ver conmigo, creo que ya estaba saboreando la sensación de estar ahí. Es una de esas películas que no necesitas contar el argumento, discutir las actuaciones o preguntarte por el director, la siente y ya. Te llena y te deja muchos días deleitando algo que esperas no acabe. Son pocas las que logran eso y en estos meses me ha pasado dos veces. Lamentablemente llegaron como tres películas nuevas y se acercan Los Oscar, y no puedo disfrutar los premios sin ver un numero considerable de las nominadas. Hoy vi Atonement, salí de la sala con espesor seco y amargo en el estomago arruinando cualquier otra sensación. Lo mismo me paso en Babel. Si se posponen los antojos pasan estás cosas.
(20/02/08)
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