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Después de semanas de tormentas ver el sol despuntar sobre el agua nos da una luz nueva en temas que sentíamos lejanos o ajenos. A veces esas pequeñas voces y rostros que nos reflejan tienen tanta razón. Cuando algunos eventos nos sacan de nuestra rutina nos encontramos fuera de foco y empezamos a caminar en círculos tratando de recordar que esta mal en esa ecuación. Lo bueno es que podemos construir un nuevo movimiento, incluir nuevos anhelos y llegar a convenios con nosotros mismo. Este fin mi ciclo de cine se vio interrumpido por problemas técnicos, lo cual me hizo ir en busca de un horizonte de proyectos, de posibilidades. La flexibilidad es mi nueva palabra y acción favorita. A veces no me doy cuenta del agua hasta que la tengo muy cerca, pero confió en mis habilidades para salir. Algunas situaciones y pensamientos se vuelven caóticos por etapas y por periodos, en especial cuando corresponden a un tiempo al que ya no pertenecemos, a una persona que ya no somos. Es difícil despedir a la personas de tu vida, despedir viejas costumbres que nos delinearon por tanto tiempo, pero sólo cuando hay espacio para lo nuevo esto llega. Eso sentí cuando caminaba con C. en el parque, verla llena me recordó muchos pasos andados, un tiempo no tan feliz.

PD: La luz siempre es un regalo no importa cuanto tiempo tardemos en verla.